sábado, 18 de abril de 2015

LA HORA DEL CUENTO.


La hora del cuento en clase para mí comenzó siendo un “poco desastre”, y es que…. ¡No llevaba ningún cuento preparado!. Cuando ya pensaba que todo estaba perdido apareció el “hada de los cuentos” con una camiseta de la verdadera historia de “Eduardo Manostijeras”  y un enorme bolso repleto de cuentos maravillosos de todas las formas y tamaños. Cuando me acerqué a ella escogió uno y me lo dió. Leí el título, la miré y ella, con voz dulce y firme a la vez, me dijo que confiara en el cuento que me había dado. Se titulaba: “El León que no sabía escribir” su autor Martín Battschéit en Lóguez Ediciones.
Me senté junto a mis dos compañeras de grupo Inés Carballo y Johanna Mendoza Mendoza y me dispuse a meterme en la historia.
“El León que no sabía escribir” es un cuento  con ilustraciones coloridas, bien definidas y sin mucho detalle, las imágenes son muy adecuadas para “contar”, para narrar y describir apoyándose en los personajes, con un tamaño suficiente como para que puedan verlas todos los niños en clase con una distribución en corro sobre la alfombra y la maestra en una silla algo más elevada, para enseñar el libro girándolo para que todos puedan verlo.
Emocionalmente nos acerca al mundo de la “imagen corporal” (vivencia que uno tiene de sí mismo), el miedo al rechazo, la tolerancia a la frustración y el amor por encima de todo. Además trata el tema de la lecto-escritura, ese código secreto que nos abre las puertas de mundos maravillosos, con palabras vivas que dan nombre a objetos y sentimientos. Ese código que supone un reto personal y que conlleva también unos “codigos cognitivos” como la atención, memoría, decodificación, abstracción, motivación y que si contamos con unas bases emocionales seguras  nos facilitarán mucho el proceso.
Después de analizar todos estos aspectos, de las  técnicas estudiadas decidí utilizar la técnica de narración con libro para niños de 4 años. Teniendo en cuenta que esta actividad enmarcada en un aula de Educación Infantil, estaría dentro de la Programación con un horario delimitado, un clima apropiado y con el objetivo principal de descubrir el placer de escuchar cuentos.
Cuando comencé la narración  en la actividad que realizamos en clase junto a mis dos compañeras Inés y Johanna primero presenté el cuento enseñando la portada y el título. A continuación hice algunas preguntas relacionadas con los leones: “¿Habéis visto alguna vez un león? ¿Dónde viven los leones? ¿Qué comen? ¿Tienen todos los leones melena?”.”¡Mirad, chicos! éste es un león que no sabía escribir. ¿Qué le pasará? ¿Vosotros sabéis escribir?  ¿Y leer? ¿Os gusta? ¿Para que sirve leer y escribir? ¿Habéis escrito alguna vez una carta?  ….. “ Vamos a ver que le pasó a este león”. Esta interactuación  la utilicé  durante la narración del cuento ya que me ayudó  a mantener la atención y a comprobar la comprensión de lo que iba contando.
En el desarrollo tuve en cuenta hablar despacio y vocalizando.  La recreación de la historia a través de las ilustraciones, apoyándome en los personajes y asegurando que mis compañeras se fijaban en los detalles. Intenté transmitir la historia con mis propias palabras pero en ocasiones tuve que leer algo ya que no había ensayado anteriormente.
La entonación utilizada fue cálida pero en los momentos en los que el león se enfadaba se rompía ya que así lo requería la historia. Mantener el contacto visual fue fácil ya que sólo eran dos, imagino una clase de infantil repleta de  ojitos chispeantes y me gusta más todavía.
Una vez terminada la narración hice algunas preguntas relacionadas con la enseñanza subyacente del cuento: ¿Cómo nos sentimos nosotros cuando no sabemos hacer algo? (Contentos/ tristes, tranquilos, enfadados, asustados, curiosos….) ¿Qué hacemos cuando no sabemos hacer algo? ¿Pedimos ayuda para que nos lo hagan?  ¿Pedimos ayuda para aprender nosotros a hacerlo? ¿Qué es lo que más nos ha gustado del cuento? ¿Qué es lo que menos nos ha gustado?

AUTOEVALUACIÓN.
  • Pienso que es fundamental llevar preparada la actividad, ensayar antes de contar el cuento te prepara dándote  fluidez y seguridad. En ocasiones tuve que leer algo del texto y esto hizo que perdiera espontaneidad e interrelación con mis compañeras.
  • Me faltó añadir una fórmula para empezar y terminar el cuento,  imprescindible en  este momento mágico. Para empezar: El sol salió y el cuento empezó. Y para terminar: El sol se escondió y el cuento acabó. Podemos jugar con el sol y la luna dependiendo del momento en el que contemos el cuento. Y así si estamos de campamento y es de noche: La luna salió y el cuento empezó, y para terminar la luna se escondió y el cuento acabó.
  • Equilibrio en la expresividad y hablar despacio, ya que a veces me acelero y expreso demasiado.
EVALUACIÓN DE MIS COMPAÑERAS.

A Inés y Johanna les gustó la narración con imágenes del cuento. Entre los aspectos a mejorar destacaron:
  • Como el cuento es de animales  hubiera sido interesante el uso de alguna onomatopeya, ya que constituyen un maravilloso recurso expresivo a la hora de contar cuentos.
  • También como aportación me comentaron que cuando el león se enfada como siempre grita la misma frase que fueran los niños la que la dijeran en vez de cambiar yo la voz ya que así los espectadores se acercan al cuento muchísimo más.
  • El uso de alguna pausa misteriosa. Casi al final del cuento cuando aparece la leona.
EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD REALIZADA EN CLASE.

Me parece una actividad de aula muy enriquecedora a todos los niveles. Ayudar a los niños a descubrir el placer de escuchar cuentos requiere de “un saber hacer” por nuestra parte. Con una habilidad para seleccionar y presentar los textos oralmente con una técnica adecuada, partiendo siempre de la premisa de no convertir este momento íntimo en una ocasión más para “enseñar”. El ponernos en situación y hacerlo con nuestras compañeras nos ayuda a  analizar todo lo imprescindible a tener en cuenta, todo lo mejorable,  lo que fluye en nosotros sin dificultad. Y sobre todo una oportunidad para disfrutar de otros cuentos y otras formas de transmitir. Muchas gracias al hada de los cuentos por tener estos momentos. Mágica conexión entre el mensaje del  “León que no sabía escribir” y la camiseta del hada de Eduardo Manostijeras ya que en los dos se transmite el mismo mensaje: “No tengas miedo. Sólo sé tu mismo”.

Bibliografía:
- Apuntes de la asignatura de Literatura Infantil.