BLOQUE 1.
Análisis de: “ Pequeño Azul y Pequeño Amarillo.”
Leo Lionni. (texto e
ilustraciones)
FICHA
BIBLIOGRÁFICA:
-
Título:
Pequeño Azul y Pequeño Amarillo.
-
Autor:
Leo Lionni.
-
Ilustrador:
Leo Lionni.
- Traducción:
Pedro Ángel Almeida de Ocampo.
-
Editorial:
Kalandraka. Ediciones Andalucía.
Sevilla 2005. España.
- 1ª
edición: Publicado en G.B. por Brockhampton Press, 1962.
Sencillez y
armonía definen este libro-álbum en el que Leo Lionni realiza una propuesta
estética minimalista y un ejercicio de abstracción capaz de sintonizar con la
experiencia lúdica infantil. Constituye una metáfora sobre la amistad y la
inocencia. Es sobre todo la ternura que el autor consigue transmitir con una
economía máxima de recursos lo que me fascina y lo que me ha llevado a elegir
el libro para realizar su análisis.
Pequeño
Azul y Pequeño Amarillo (Little Blue and Little Yellow) es el primer libro para
niños creado por Leo Lionni cuando éste tenía cuarenta y nueve años de edad.
Según cuenta la leyenda, durante un viaje en tren el autor se propuso
entretener a sus nietos contándoles una historia, para lo que utilizó trocitos
de papel de colores como personajes. Lo cierto es que este libro es considerado
uno de los pilares fundacionales del libro-álbum, y su innovadora propuesta
estética no ha perdido, 48 años después, su sorprendente vigencia. No puede
entonces dejar de llamarnos la atención la lentitud con que este clásico
contemporáneo ha llegado a traducirse al español, hecho que podemos interpretar
como falta de interés al menos desde la producción editorial en habla
castellana, por uno de los autores más importantes de libros para niños
circunstancia que se contradice con los numerosos premios recibidos por Lionni.
Leo Lionni
nació en 1910 en Amsterdam, entonces la capital del diamante donde su padre,
justamente, trabajaba como pulidor de diamantes y vivían modestamente en la
buhardilla de un edificio de esos típicos de ladrillos y calles anchas. Una
infancia en la que recuerda con intensidad a su tío Piet, que le hacía posar
durante horas para sus dibujos y quien le puso en contacto con la bohemia y la
creatividad que contrastaban con el trabajo de su padre. Su tío Piet, “fue su
héroe” durante la infancia, que le hizo amar el arte, la pintura, el ambiente
de los talleres. También por la música sintió gran interés debido a la
profesión de su madre, una italiana cantante de ópera que frustró su carrera
para casarse con un honorable judío comerciante de diamantes. De tal manera
estaba Lionni imbuido en el arte, que cuando a los nueve años le preguntaron
qué quería ser de mayor dijo con toda la convicción que pudo: “artista”. Y
recuerda en sus memorias: “Arte era para mí una palabra con mayúsculas,
pintura, escultura, canto, piano e incluía también la arquitectura. Artistas
eran Le Faucconier, el tío Piet, mi madre, Van Gogh, Rembrandt, Berlage,
Chagall – la persona que había pintado el calendario que colgaba en la cocina
de la abuela Grossouws- y el copista del Rijskmuseum”. Otra de las pasiones de
Lionni era el terrario de su habitación, donde alimentaba y cuidaba animales
con el mimo que sólo pueden tener los niños que adoran coleccionar, observar,
jugar con la naturaleza y sentirse parte de ella.
En su
infancia, donde reinaba un gusto por el arte y donde no resultaba insólito que
un muchacho como él hablara tres idiomas (además del holandés, francés y
alemán), ocurrieron otros acontecimientos que marcaron sus recuerdos. Con la
primera guerra mundial sus padres emigraron a Estados Unidos y él quedó al
cargo de su abuelo y de un tío coleccionista de cuadros que le siguió
cultivando en el arte y los artistas. Con doce años emigró él también a Estados
Unidos donde debió adaptarse a un nuevo tipo de vida y a nuevas circunstancias:
la depresión del 29, la Segunda Guerra Mundial y al impedimento de regresar
debido a la persecución nazi en Europa.
Cuando, ya
maduro, comienza a escribir para niños, regresa involuntariamente a ese mundo
infantil que tanto le había marcado. Y así Lionni explica el sentido de sus
cuentos infantiles con gran clarividencia remontándose a su infancia lejana:
“Cuando niño, era un coleccionista apasionado de animales pequeños,
especialmente reptiles. Los guardaba entre las paredes de cristal de un terrario,
donde en una mezcla de orden y azar arreglaba arena y guijarros, musgos y
helechos, para simular un hábitat natural. De hecho, estos pequeños paisajes
que componía fueron las primeras metáforas deliberadas de mi vida como artista.
Era capaz de crear mundos alternativos que creaba para mi propia contemplación.
Eran sustitutos seguros, previsibles y estables frente a una realidad en
constante transformación. Eran mi refugio contra el mundo incierto y hostil que
me circundaba. Años más tarde comprendí que los protagonistas de mis cuentos
son los mismos actores pequeños y silenciosos que a través de las etapas de mi
infancia, encerrados en paredes de cristal, habían interpretado para mí la
compleja ficción de azar y destino, naturaleza, artificio, vida y muerte”.
En todos
sus libros, Lionni compone pequeñas e importantes fábulas que aleccionan sobre
la vida, pero no para moralizar, sino para permitir al niño reencontrarse con
su propio mundo y ofrecerle una alternativa segura. Resulta evidente que Lionni
no ha creado sus fábulas por casualidad; es capaz de volver a la infancia para
capturar y expresar los sentimientos de sus más tempranos encuentros con cosas
y eventos. Esa mirada hacia la infancia que Lionni realiza con cada una de sus
ficciones es, una vuelta a su propia infancia, a su mundo mágico y especial que
consigue revivir. Como él mismo dijo: “De algún modo, en algún lugar, el arte
en efecto expresa siempre los sentimientos de la infancia”.
Leo Lionni
murió en 1999 en su casa de la Toscana, en Italia con 89 años. Ya había
recibido numerosos reconocimientos internacionales entre ellos:
El Lewis
Carrol Shelf Award en 1962; el Premio Alemán de Literatura Infantil (libro
ilustrado) por su obra Nadarín en 1965; Manzana de Oro de la Bienal de
Ilustraciones de Bratislava en 1967 por Frederick, y cuatro veces ganador del
Caldecott Honor Book; con Pulgada a Pulgada en 1961, Nadarín en 1964, Frederick
en 1968 y Alejandro y el ratón a cuerda en 1970. En 1984 es otorgada a Lionni
la Medalla de Oro del Instituto Norteamericano de Artes Gráficas.
En 1988
Lionni publicó su autobiografía, inédita en español. Unas memorias en las que
además de sus cualidades como artista, diseñador y creador de libros para
niños, muestra una vez más su talento
como escritor.
Leo Lionni
es autor e ilustrador de muchas historias y en nuestro idioma encontramos
muchos libros. Entre ellos:
“Nadarín”,
“Frederick”, “¡Prohibido a los gatos! El año del ratón”, “El sueño de Matías”,
“Pulgada a pulgada”, “Una piedra extraordinaria”, “Alejandro y el ratón a
cuerda”, “La casa más grande del mundo”,”Un pez es un pez”, “El ratón
Colaverde”, “Tico y las alas doradas”, “Teodoro y el hongo parlante”, “Tili y
el muro”, “Su propio color” y la serie de cuatro libritos “¿Cuándo?”,”
¿Dónde?,” “¿Qué es? “¿Quién es?”
La edad en la
que me baso para realizar este análisis se encuentra en 3 años.
FORMATO. De pastas duras, el libro de
“Pequeño Azul y Pequeño Amarillo” se muestra ante los ojos de los niños con una
portada en la que se introduce el uso del collage en una síntesis
revolucionaria de diseño, texto e ilustración muy atractiva y que invita a los pequeños de estas edades a
disfrutarlo una y otra vez.
Este libro convirtió a su autor en uno de los
pioneros del álbum ilustrado. Los personajes de la historia son colores, y con
pedacitos de color sobre fondo blanco es el modo en el que el autor decide
representarlos. Con una economía sorprendente de elementos el autor compone
cada página de manera tal que los sentidos se expanden para el pequeño en
diversas posibilidades. Así, para presentarnos al protagonista basta y sobra
con decirnos: “Este es Pequeño Azul”, en una hoja blanca con un trozo de papel
azul en el medio. Las formas siempre son irregulares cuando se trata de los
niños/colores, sus familias y el juego.
Pero cuando
Lionni nos muestra a los colores en la escuela “tranquilos y atentos”
significativamente el espacio donde se ordenan por única vez en fila es un
rectángulo negro de límites regulares. Basta el cambio del fondo de la hoja
(por lo general blanco) hacia el negro y el rojo para dar cuenta de la ansiedad
de Pequeño Azul durante la búsqueda de su amigo. En cuatro páginas consecutivas
observamos “en cámara lenta” el encuentro entre los dos pequeños colores, un
azul que se acerca desde “fuera” del corte de la hoja, y comienza a fundirse
con el amarillo hasta formar un solo color: el verde. La combinación de dos o
más colores produce nuevos colores, y esta realidad material del mundo gráfico
al cruzarse con la historia de los personajes, se transforma en una metáfora
bellísima y original tanto a nivel de la narración como de su manifestación
visual.
Así las
ilustraciones que ofrece el libro nos ayudan a anclar la comprensión de la
lectura en la información gráfica gracias a la técnica del libro-álbum. Este
aspecto constituye una necesidad en los primeros años. Por eso me parece ideal
para niños de 3 años. Con la
mediación de un lector adulto, el niño descubrirá la relación entre el lenguaje
visual y el verbal. Más tarde cuando esté solo y pase las páginas una y otra
vez, las ilustraciones articularán su primer monólogo interior consciente. Sin
saberlo, aprenderá acerca del principio y del fin, la causa y el efecto, y la
secuencia.
En cuanto a
la tipografía del cuento se presenta con
poco texto para ser leído por un adulto. Las palabras o frases breves acompañan
a la ilustración y motivan al niño a percibir la relación entre palabras e imágenes. Existe una interrelación de código, esto es que las ilustraciones y
el texto forman una unidad sígnica y conceptual.
EL TEMA. En “Pequeño Azul y Pequeño Amarillo”
los colores actúan como personajes antropomórficos, son niños que viven con sus
padres, que juegan, que van a la escuela y también sufren y lloran; sin embargo
lo que les sucede tiene que ver con su propia naturaleza, la de ser colores. La
combinación de dos o más colores produce nuevos colores y esto constituye un
juego visual de gran atractivo para los pequeños. Teniendo en cuenta que a
partir de los dos años el niño comienza a construir los símbolos y tiene una
inclinación por la interpretación “mágica” de la realidad Lionni responde
totalmente a las características del momento
evolutivo en que se encuentran ( en este caso mi análisis es para 3 años). Si a esto le unimos que el tema que desarrolla
es monográfico y realista a la vez que desarrolla pequeñas anécdotas
correspondientes a experiencias vividas, el resultado que encontramos es una obra de
arte con una comprensión intuitiva de la esencia de las cosas y de los
acontecimientos. El afecto
personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se
fortalece con la relación y que se da en diferentes etapas de la vida se
muestra en el libro haciendo del abrazo la principal demostración de afecto y
ternura con una energía poderosa que afecta positivamente a todas las personas
involucradas tanto a pequeños como a mayores (abrazo entre padres, niños, padres-hijos). Otros temas secundarios
tratados son la familia, las relaciones adulto-niño, las relaciones sociales y
el juego. Todos ellos de gran importancia en el desarrollo integral del niño y
en la evolución armónica de su personalidad, en la que la parte emocional y
social juega uno de los aspectos más importantes en la vida.
ESTRUCTURA. Leo Lionni nos presenta en su cuento literario
una narración con estructura lineal (planteamiento, nudo y desenlace) sencilla
y muy apropiada para los más pequeños. Así comienza con el protagonista pequeño
Azul, su familia, sus amigos y destaca a pequeño Amarillo. Nos cuenta sus
juegos favoritos, sus rutinas y a continuación desarrolla el nudo de la
historia buscando a su mejor amigo perdido y fundiéndose en un gran abrazo
cuando lo encuentra que les cambia su color original. La vuelta a casa resulta
ser un poco desastrosa ya que sus padres no los reconocen debido al cambio
producido en sus colores. El llanto hace que vuelvan a recobrar su identidad
(colores originales) y el desenlace nos muestra unas familias muy contentas celebrando la riqueza de la
diversidad y el tener de nuevo a sus
hijos a su lado.
EL PROTAGONISTA. Pequeño Azul representa de manera simbólica a
un niño que “vive” el día a día disfrutando de las pequeñas cosas y viviendo de
manera muy intensa todo lo relacionado con lo emocional y social. Vive en su
casa con mamá y papá Azul, tiene muchos amigos, uno muy especial (pequeño Amarillo). Pequeño azul va al colegio, le gusta jugar a la escondite,
al corro de la patata, a correr, a saltar, a subir montañas, ir al parque …Se
expresa abrazando para compartir, para mostrar alegría…. llorando cuando está
triste. En definitiva, hace cosas de niño, siente
como niño, habla como niño, busca soluciones como niño….Es muy fácil para los
lectores identificarse con él. No es en ningún momento un personaje plano
transmite constantemente emociones, movimiento, relación y acción aspectos fundamentales en 3 años. El personaje de pequeño Azul además desarrolla el concepto de
identidad individual que ya empieza a estar presente a partir de los 3 años. La
conciencia de la existencia de sí mismo como sujeto independiente de los otros.
A partir de esta edad tienen que enriquecer esta primera imagen de sí mismo con
características y atributos que sirvan para definirse a uno mismo como persona
con entidad y características propias, diferenciada de los demás. En este caso
una de las características de su identidad es su color azul que cambia a verde
cuando abraza a su amigo, y que vuelve de nuevo a recuperar después de llorar.
A nivel
cognitivo cabe destacar el pensamiento preoperacional en esta etapa. La
interacción social y el lenguaje contribuyen a un cambio que se manifiesta en
el cuento en doble sentido. Así Leo Lionni en primer lugar ordena y relaciona
sus representaciones más en consonancia con la naturaleza conceptual del
lenguaje (pequeño Azul y pequeño Amarillo); y en segundo lugar, comienza a
reorganizar sus representaciones para dar paso a la relatividad y pluralidad de
los puntos de vista que les impone su
interacción social (cambio de color en el abrazo, en la relación, verde).
Dentro de
las características del pensamiento preoperacional cabe destacar el fenómeno de
Irreversibilidad ya que en el período preoperacional sólo existe en el niño el
pensamiento en un solo sentido, va de A a B, pero no a la inversa. Me planteo
este punto en el momento en el que pequeño Azul y pequeño Amarillo se abrazan y
se convierten en verdes. ¿Entienden realmente los niños de esta edad que
después de llorar los pequeños Azul y Amarillo vuelven a su color original?
LOS DEMÁS PERSONAJES. Lionni introduce en “Pequeño Azul y Pequeño
Amarillo” el concepto de sociabilidad como proceso de interacción llevado a
cabo entre el sujeto y el entorno a través del resto de los personajes que
aparecen; mama y papa (su familia) amigos del colegio, Pequeño
Amarillo y sus padres….
La familia
y la escuela, son agentes esenciales en el proceso de sociabilización , ya que
a través de ellos se darán múltiples procesos de aprendizaje, tales como
adquisición de modos de comunicación, reglas de conducta, interiorización de
valores, etc…Desde el punto de vista evolutivo, a los 3 años se va
incrementando la sociabilidad en el niño y es especialmente a través de la
conducta de juego como puede apreciarse esta evolución, con el juego
asociativo, la integración del niño en juegos de grupos... Pequeño Azul muestra
su preferencia por ellos en la presentación del cuento y en la narración se transmite
el disfrute con estos juegos a través de los dibujos y de la acción.
El rol de
la familia constituye un contexto de socialización especialmente relevante para
el niño, puesto que durante muchos años es el único y/o principal en el que
crece, además actúa como llave o filtro que selecciona la apertura del niño a
otros contextos: son los padres los que en el libro infantil de Leo Lionni deciden ir a la casa de su amigo Amarillo, es
decir posibilitan los contactos sociales del niño con personas ajenas a la
familia. Fuente de seguridad en el niño
proporcionan las bases para el desarrollo de una adecuada autoestima tan
importante en la vida emocional y social de las personas.


VALORES Y CONTRAVALORES. “Pequeño Azul y Pequeño Amarillo”.
Es una metáfora sobre el valor de la relación como afecto personal puro y
desinteresado compartido con otra persona que nace y se fortalece poco a poco ofreciéndonos todo tipo de emociones intensas (ternura,
alegría, tristeza…) Es el placer de compartir con… sentir con…. Lo esencial en
el ser humano.

EL LENGUAJE Y EL USO DE LA LENGUA.
El libro se presenta con un lenguaje claro y unas estructuras morfosintácticas sencillas. Estructurado con una presentación de personajes, un planteamiento de acciones y un desenlace adecuado a los lectores. Con frases breves que acompañan a la ilustración para ser leído por un adulto y que ayudan a percibir la relación entre palabras e imágenes para los niños. El estilo personal del autor a través del álbum ilustrado permite al niño organizar y estructurar su fantasía, y por tanto organizar su mente. Creando así un efecto global de armonía y sencillez irresistible en las primeras etapas.
CONCLUSIÓN. Pienso que es ideal para utilizarlo en clase.
Enamora a nivel visual con su técnica de libro-álbum, sus personajes
antropomórficos, su contenido y sobre todo su emoción, la ternura que se
respira entre los personajes con su abrazo de encuentro, sus llantos, la
recuperación de su identidad. Realmente está vivo. A partir de 3 años nos sirve
para comentar todos juntos acerca de como expresamos nuestro cariño hacia las
personas, sobre la relación entre los mayores (maestra, mama, papa) y los
niños. Sobre cómo nos gusta jugar más, solitos o con otros niños….
En cuánto a
los aprendizajes prácticos es importante recordar que nos encontramos hablando
de un gran clásico en literatura infantil elevado a la categoría de obra de
arte y por lo tanto constituye una experiencia artística y una identificación
afectiva con personajes y acciones que, nos aportará enseñanzas y
descubrimientos sobre nosotros mismos y sobre lo que nos rodea. Podemos
aprovechar el momento de simbolización en el que se encuentran los niños de 3 años y hacer una adaptación del cuento
convirtiendo los pequeños colores de Leo Lionni en niños de verdad con nombres
concretos.
FUENTES.
Carranza, Marcela.Informe sobre Leo Lionni en web Imaginaria.com.ar
Revista web Babar: revistababar.com
Revista web Kalandraka: kalandraka.com
BIBLIOGRAFÍA.
Palacios, Marchesi, Coll. Desarrollo psicológico y educación. 1. Psicología educativa. Alianza Editorial. Madrid 1990.
Palau Valls, E. Aspectos básicos del desarrollo infantil. La etapa de 0 a 6 años. Ediciones CEAC. Barcelona 2001.
Rubio, R. Psicología del desarrollo. Ed. CCS. Madrid 1992.
Hola Isabel.
ResponderEliminarMe ha encantado tu análisis del libro. Gracias a tus descripciones has hecho posible que me sumerja en el libro sin siquiera haberlo leído.
Lo que yo hubiera sintetizado más es la parte de la biografía del autor, dando solo algunos detalles o curiosidades, y también hubiera aportado alguna imagen del libro, para así visualizar mejor lo que vas describiendo.
¡Un saludo!
Muy bien, Carmen.
EliminarHola Isabel.
ResponderEliminarMe ha encantado tu análisis del libro. Gracias a tus descripciones has hecho posible que me sumerja en el libro sin siquiera haberlo leído.
Lo que yo hubiera sintetizado más es la parte de la biografía del autor, dando solo algunos detalles o curiosidades, y también hubiera aportado alguna imagen del libro, para así visualizar mejor lo que vas describiendo.
¡Un saludo!
¡Hola Carmen! Muchas gracias por tu aportación. He añadido alguna imagen del libro como me comentas. ¡Un saludo!
EliminarUn análisis perfecto, Isabel.
ResponderEliminar